6. UN NUEVO ESPEJO: LIDIAR CON EL DOLOR





<<¡Quiero comer asado con puré y arroz!>>, exclamé en tono entusiasta, cuando alguien preguntó al respecto.


Conforme recuperé la conciencia,  me asaltó un hambre voraz en toda su urgente magnitud, porque, desde “el despertar”, estuve en Terapia Intensiva bebiendo sopa de pollo especiada con orégano a través de la sonda colocada por los médicos. Iba directamente de la nariz hasta el estómago, liberándome de las ansiadas tareas de masticar y saborear. No fue agradable…, en especial, la parte de sorber gelatina. Sin embargo, tras esperar varias horas, finalmente me trasladaron a la habitación donde comí por primera vez usando cubiertos.


Fotografía deBrand X Pictures

Mientras disfrutaba los bocados del esponjoso puré de papas con el que fui sorprendida después, una cosa se hizo evidente: mi recuperación era milagrosa. Así pues, poco a poco, fueron retirando los tubos y las vendas voluminosas, aunque seguí adormilada por los medicamentos. La mayoría me trató con suma delicadeza, evitando que hiciera movimientos bruscos o tuviera sobresaltos, pero ninguno logró impedir el descubrimiento de la verdad de mi nuevo aspecto: ¡Estaba calva!
Parecieron contener el aliento esperando que reaccionara echándome a llorar, pero los sorprendió mi curiosidad y rápida asimilación. En realidad, seguía pensando en comer y el asunto del cabello resultó una minucia en comparación. Cada uno tiene sus prioridades, incluso en medio de la tragedia estética. Hablaba con todos los que yo había ansiado volver a ver y podía mover todas las extremidades. Incluso llegué a aventurarme a caminar hasta el baño atada a varios aparatos. Supuestamente, mi estado post operatorio era uno imposible de alcanzar, pero así ocurrió. El cuerpo sobrevivió, ¿y la mente? Esa es otra historia.


Fotografía de Noah Clayton


Los resultados a nivel cognitivo pueden ser muy disímiles. Según el documento Recovery after stroke: Thinking and Cognition del National Stroke Association (NSA), cada caso es único. Puntualiza que los efectos sobre las habilidades mentales dependerán de dónde se ubicó el ACV y el estado de salud general del paciente, ya que cada hemisferio del cerebro controla diferentes funciones.  Una de las secuelas más comunes es, por ejemplo, la pérdida de memoria. Ahora bien, ciñéndome a la descripción hecha por el artículo,  la deficiencia originada puede darse en varios planos: verbal, visual, del lenguaje o aprendizaje. ¿Qué se puede hacer? Anotar las cosas es, tal vez, uno de los consejos más sencillos y útiles. Yo misma lo aplico para suplir las deficiencias de mi memoria a corto plazo y me ha sido de mucha ayuda. El cerebro no queda como antes.
No voy a negar que también hubo sufrimiento. La primera semana después de la operación fue terriblemente intensa. Entonces, resultaba imposible acostarme de un lado o mover mucho la cabeza y, aún con todos los cuidados, padecí de dolores tan fuertes que a veces me hicieron gritar pidiendo “mi intramuscular”; es decir, la inyección con sedantes que podía hacer desaparecer  temporalmente la sensación martillante de ser partida en dos. Insisto en considerarlo una minucia, porque aún en medio del dolor hubo experiencias agradables.


Fotografía de Matt Meadows

Nunca antes esperé tan ansiosa las visitas de familia y amigos, quienes en gran medida fueron responsables de mantenerme optimista. Hacían que olvidara el dolor que se llegó a normalizar. Recuerdo, además, pasar las noches preguntando por lo sucedido en mi “ausencia” y quedar conmovida ante la movilización de muchos amigos y familiares para apoyarme durante el periodo más crítico. Creo que oír acerca de ello se convirtió en una actividad hospitalaria favorita, junto a esperar la siguiente comida del día imaginando qué servirían.
Muy lentamente, los que me rodeaban fueron perdiendo el temor a hablar acerca del “accidente”. Incluso, me parece, fui la primera en bromear al respecto. El dolor cegador terminó espaciándose y solo quedaron las múltiples sesiones de pinchazos para recordarme que seguía siendo un alfiletero. En la recuperación –no necesité rehabilitación– lo más importante es el ánimo, como prueba mi veloz mejoría.

Otro texto del NSA, Recovery after stroke: Coping with Emotions, señala como consecuencias emocionales habituales de un ACV a la depresión y ansiedad. La primera se manifiesta a través de: llanto constante; pérdida de interés en actividades que antes generaban satisfacción; sensación de vacío, inutilidad o culpa; fatiga o alteraciones del sueño; Irascibilidad; Aumento o pérdida de peso. Por otro lado, la segunda involucra: miedo; baja energía; tensión muscular; sensación de pánico o quedarse sin aliento; temblores; aumento del ritmo cardíaco; etc.
Si bien es usual que, en algún grado, se manifiesten ambas, ellas pueden afectar seriamente el proceso de sanación y consumir relaciones o la calidad de vida del paciente. Es fundamental estar vigilantes durante la etapa para buscar ayuda en caso de comportamientos injustificables que podrían tener una causa fisiológica. En mi caso, se trató de tomar una decisión: autocompadecerme o luchar por mejorar. Me incliné por lo segundo.
 Un viernes, quince días después de la cirugía, abandoné el hospital caminando decidida a retomar mi vida y volver a la universidad. En mi mente, como había perdido el ciclo que cursaba en el momento del ACV, debía reincorporarme el siguiente para evitar perder más tiempo. No sentía que necesitara descansar y creí que todo estaría bien. El sentido de responsabilidad siempre estuvo instalado.


Fotografía de Miss K.B.

Me contaron que antes de entrar en coma di indicaciones para que mis papás fueran a hablar con la persona encargada de la Facultad y coordinaran las inasistencias. La gestión temprana logró que se pudiera tramitar un retiro del ciclo incompleto, evitando que afectara mi promedio general. Ello, me explicaron, era una de las alternativas discutidas por mis profesores y el Decano. La otra requería que presentara trabajos pequeños para cada curso en máximo quince días, antes del siguiente periodo de matrículas. Saliendo del hospital pensaba en la decisión que tomaría al respecto, sin saber del gran obstáculo al cual me enfrentaría no mucho después…

Comentarios

  1. Es muy admirable tu respuesta a la adversidad, sin duda nos estas dando una leccion de coraje y valor que a tu temprana edad es muy dificil encontar. Estoy plenamente convencida del MILAGRO que mencionas. Sigue adelante.

    Un admirador.

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  2. Dices que saliste caminando!!!!...No tuviste alguna dificultad? por que normalmente queda una lesion que no se puede controlar, aun cuando pasan los dias se llega a manifestar.
    Realmente grandioso.

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    1. A nivel motriz quedé bien desde un inicio y, en parte, eso sorprendió a los que me atendieron. Creo que la lección es mantener la esperanza aún cuando algo parezca imposible.

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  3. Un ejemplo de valor ante la adversidad. No sabía que aun en coma se podía sentir dolor, que espanto!. Me sorprende tu capacidad para sobrellevar esto.
    Tal como explicas las cosas, nos haces compartir lo que pasaste, realmente te admiro.

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  4. Nos dices que tu memoria no había quedado igual, pero por lo que he leído en esta historia, el detalle y claridad con que la estructuras, se ve que ya estas muy recuperada, excelente diría yo. Te felicito.

    José

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    1. Los misterios de la memoria me sorprenden. Puedo recordar muchas cosas con lujo de detalle (pasaron a mi memoria a largo plazo); sin embargo, otras cuestiones, como recordar lo que leí hace un rato si no lo he repasado o saber qué desayuné ese día, terminan escapándose cada cierto tiempo. En el próximo y último capítulo profundizo más en esto.

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  5. Wow! es interesante leer tu experiencia posterior y los recuerdos de lo vivido. Aún guardas contigo la esencia de ese talento que aún te falta seguir explorando. Ese que va más allá de la anotaciones, escribir. Felicitaciones reina, un abrazo!
    Meche

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  6. Que tal experiencia!!! solo queda felicitarte por el coraje y la fuerza que tienes para poder revivir los instantes mas terribles de tu vida. Te admiro mucho.

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  7. QUE BUEN MEDICO EL QUE TE OPERO!! DENTRO DE TODO EL RIESGO HIZO UN EXCELENTE TRABAJO, POR QUE SE NOTA CLARAMENTE TU RECUPERACION.
    FELICITACIONES POR NARRAR ESTA HISTORIA.

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  8. En casa estamos leyendo tu historia, hago que mis hijos aprendan que la salud es importante en esta vida, sin ella no podemos hacer nada, además no importa la edad, ni condición social, ni lo que tengas en el bolsillo esta historia es una clara experiencia. Te admiramos a pesar de no conocerte, eres muy fuerte.

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  9. Si bien el dolor es uno de los procesos mas difíciles de afrontar y sobrellevar(físicos y emocionales), el consumo de analgésicos y afines tiene serias consecuencias a nivel hepático como la toxicidad, presentaste efectos secundarios severos a este nivel?

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    1. El médico me informó que lo más probable era que tuviera complicaciones e hizo algunos exámenes al hígado para confirmar si estaba bien. Milagrosamente, éste resistió a pesar de las fuertes medicinas. Especialmente un anticonvulsivo que tuve que tomar algún tiempo, es nocivo a nivel hepático (ácido valpróico). Por eso, mi último neurólogo lo cambió por uno menos tóxico (levetiracetam).

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